El día del Hijo del Hombre
M Mons. Vincenzo Paglia
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Evangelio (Lc 17,26-37) - En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como fue en los días de Noé, así será en los días del Hijo del Hombre: comieron, bebieron, se casaron, se dieron en casadas, hasta el El día que Noé entró en el arca y vino el diluvio y los mató a todos. Como también sucedió en los días de Lot: comieron, bebieron, compraron, vendieron, plantaron, construyeron; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y los mató a todos. Esto sucederá el día en que se manifieste el Hijo del Hombre. »En aquel día, el que se encuentre en la terraza y haya dejado sus cosas en la casa, no debe bajar a buscarlas; Así que quien esté en el campo no debe regresar. Recuerda a la esposa de Lot. Quien intente salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda, la mantendrá con vida. Os digo: aquella noche se encontrarán dos en la misma cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; "Dos mujeres estarán moliendo en el mismo lugar: a una se la llevarán y a la otra la dejarán." Entonces le preguntaron: "¿Dónde, Señor?". Y él les dijo: Donde esté el cadáver, allí también se juntarán los buitres.

El comentario al Evangelio de monseñor Vincenzo Paglia

Jesús advierte a los discípulos porque "aquel día" y "aquella noche" debemos estar vigilantes. Y la vigilancia implica liberarse del apego a las cosas y a las propias tradiciones. Sí, el desprendimiento del mundo, de las cosas, de los bienes, pequeños o grandes, da igual, en definitiva de las "cosas", es una condición determinante para acoger en el corazón el reino de Dios venidero. Y el desapego debe producirse también por lo que consideramos nuestro bien supremo: la vida, que en verdad muchas veces desperdiciamos o desechamos. Jesús aclara bien el camino hacia la salvación o, si se quiere, el modo de entender el sentido de nuestra existencia: «Quien intenta salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda, la mantendrá con vida." ¿Qué significa? El evangelista Lucas ya informó anteriormente de estas palabras con el añadido "por mi causa". Lo que Jesús pide al discípulo es dedicar su vida, toda su vida, a servir al Evangelio, a seguir a Jesús y a participar en su plan de amor. Así es como podemos mantenerlo vivo, o más bien hacerlo crecer. Si permanecemos con el Señor, cosecharemos los frutos del reino con él. Pero aquel que permanece solo consigo mismo, es decir, que pasa su vida sólo para sí mismo, no desperdicia ni recoge nada. Cuando llegue el día señalado – continúa diciendo Jesús – no contará.