Ultimo quien sera primero
M Mons. Vincenzo Paglia
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Evangelio (Lc 13,22-30) - En aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando, mientras iba camino a Jerusalén. Un hombre le preguntó: "Señor, ¿son pocos los que se salvan?" Él respondió: “Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos intentarán entrar por allí, pero no lo conseguirán. Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, quedándose afuera, comenzaréis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, ábrenos. Pero él te responderá: no te conozco, no sé de dónde eres. Entonces empezaréis a decir: Comimos y bebimos en tu presencia y tú enseñaste en nuestras calles. Pero él declarará: Os digo que no sé de dónde sois. ¡Apartaos de mí, todos vosotros hacedores de iniquidad! Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac y a Jacob, y a todos los profetas en el reino de Dios, y os echéis fuera. Vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Y he aquí, algunos de los últimos serán primeros, y algunos de los primeros serán ser el último."

El comentario al Evangelio de monseñor Vincenzo Paglia

Jesús camina entre los hombres mirando a quienes encuentra, escuchando a quienes lo llaman, consolando, sanando, exhortando y anunciando la inminencia del reino de Dios.La meta es Jerusalén. En este contexto, cobra importancia la cuestión de tal consideración por el número de los que se salvan. Era evidente que de esta manera se ponía en duda la salvación de todo el pueblo de Israel. En un apócrifo judío, por ejemplo, leemos: "El Altísimo hizo este siglo para muchos, pero el futuro para pocos" (libro IV de Esdras). Jesús abre una perspectiva diferente: no se entra en el reino de Dios simplemente por pertenecer al pueblo de Israel, a una nación, a una etnia, a una cultura, etc. Es la fe la que salva. Y la salvación es para aquellos que deciden unirse al reino de Dios, así será el juicio. Ese día no habrá necesidad de hacer valer los derechos de pertenencia étnica o religiosa. El criterio de salvación pasa por la adhesión al Evangelio del amor. Jesús aclara además que "vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios". Lo que importa es elegir seguir al Señor ahora, antes de que sea demasiado tarde. Éste es el significado de la imagen de la puerta estrecha: ante la predicación del Evangelio, no debemos posponer la escucha, no debemos retrasar el momento de la elección. Si se rechaza el Evangelio es como llegar a la casa mencionada en el pasaje evangélico cuando el dueño ya ha cerrado la puerta. Los que se quedan afuera, los que no escuchan, quedan a merced del príncipe del mal y sentirán el mordisco del frío de la tristeza y la amargura de la soledad. La afirmación de Jesús sobre los "últimos" que serán los primeros -el texto se refiere a los paganos- subraya la "primacía" de la escucha: quien acoge el Evangelio en su corazón y lo pone en práctica, se convierte en el primero en el reino de los cielos.