Evangelio (Mt 10,16-23) - En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: «He aquí, yo os envío como ovejas en medio de lobos; Sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas. Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y seréis llevados ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio a ellos y a los paganos. Pero cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué diréis, porque en aquella hora se os dará lo que debéis decir: en verdad no sois vosotros los que habláis, sino que es el Espíritu de vuestro Padre el que habla en ti. »El hermano matará al hermano y el padre matará al hijo, y los hijos se levantarán para acusar a sus padres y matarlos. Serás odiado por todos por mi nombre. Pero el que persevere hasta el fin, será salvo. Cuando seas perseguido en una ciudad, huye a otra; En verdad os digo que no habréis terminado de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre.
El comentario al Evangelio de monseñor Vincenzo Paglia
«Os envío como ovejas en medio de lobos». Las ovejas son siempre más débiles que los lobos, de hecho parecen condenadas a perder siempre en esta situación. Sin embargo, es precisamente en esta perspectiva -la que Jesús mismo experimentó de primera mano- donde se inscribe la misión de la Iglesia. Don Andrea Santoro, sacerdote romano en misión en Turquía, donde fue martirizado, escribió pocas semanas antes de ser asesinado: «La ventaja para nosotros los cristianos de creer en un Dios indefenso, en un Cristo que nos invita a amar a nuestros enemigos , de servir para ser "señores" de la casa, de ser los últimos para ser los primeros, en un Evangelio que prohíbe el odio, la ira, el juicio, la dominación, en un Dios que se hace cordero y se deja golpear para matar el orgullo y el odio. En sí mismo, en un Dios que atrae con amor y no domina con poder, es una ventaja que no se puede desaprovechar". Y citó a san Juan Crisóstomo: Cristo alimenta corderos, no lobos. Si nos convertimos en corderos ganaremos, si nos convertimos en lobos perderemos. A pesar de la humildad y sencillez de las "palomas", los cristianos se oponen al mal, con sus palabras y con su conducta. Ante ciertas injusticias, el escándalo del sufrimiento de los más débiles, la eliminación de la vida, las heridas de un mundo cada vez más dividido entre muchos pobres y pocos ricos, el discípulo, aun sabiendo que se enfrenta a una oposición, no puede permanecer en silencio y no anunciar. con su vida que es hijo de Dios y no de este mundo. Nos animan y consuelan las palabras de Jesús en el evangelio de hoy: "El que persevere hasta el fin, será salvo".