Cuando les quiten al novio, ayunarán
M Mons. Vincenzo Paglia
00:00
00:00

Evangelio (Mt 9,14-15) - En aquel tiempo, los discípulos de Juan se acercaron a Jesús y le dijeron: "¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, mientras tus discípulos no ayunan?". Y Jesús les dijo: ¿Pueden los invitados a la boda llorar mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días en que les quitarán el esposo y entonces ayunarán".

El comentario al Evangelio de monseñor Vincenzo Paglia

Al dar los primeros pasos del camino cuaresmal, la Palabra de Dios nos recuerda que el verdadero camino es el del corazón, es decir, progresar en el amor, la amistad y la generosidad. El Evangelio no nos pide simplemente hacer algunas cosas más, aunque sean buenas. Pide la conversión del corazón, es decir, un cambio profundo en la vida. El ayuno que quiere el Señor es desde el propio egoísmo, desde concentrarse en uno mismo y en los problemas, para dirigir el corazón hacia el Señor para que crezca en nosotros y en muchos el amor y la atención a los más pobres y débiles. El Evangelio de Mateo nos habla del ayuno y explica su profundo significado. Los discípulos de Juan, que llevaban una vida más austera que la de los seguidores de Jesús, preguntan el motivo de su alegría. La atmósfera de celebración y alegría que se creó donde Jesús fue estaba ahí para que todos la vieran. Y los discípulos estaban felices de estar con él y de compartir los días que pasaba con la gente para ayudarlos. Seguir a Jesús no es un camino triste, basado en privaciones y penitencias. Podríamos decir que es exactamente lo contrario. Los discípulos de Juan lo vieron y se escandalizaron. Pero Jesús deja claro que estar con él es como estar en la fiesta de bodas cuando está el novio. De hecho, los pobres lo habían comprendido: entre ellos había venido quien los liberó del abandono y de la desesperación. Sin embargo, Jesús advirtió a todos que el Reino de Dios -el reino del amor y de la paz- exige inevitablemente una lucha contra el mal y, como ocurre en toda batalla, habrá momentos difíciles. Surgirán opositores que de cualquier manera -incluso con medios ilícitos y violentos- intentarán atacar a los discípulos para que ya no anuncien más el Evangelio del amor y de la paz. En cualquier caso, es necesario vestirse y beber el vino de la misericordia: él hará fuertes y firmes a los discípulos incluso cuando tengan que afrontar momentos difíciles y de sufrimiento.