Si tu mano, tu pie o tu ojo te escandalizan
M Mons. Vincenzo Paglia
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Evangelio (Mc 9,41-50) - En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cualquiera que os dé a beber un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo, no perderá su recompensa. Cualquiera que escandalice aunque sea a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdrá que le pongan al cuello una piedra de molino y lo arrojen al mar. Si tu mano te escandaliza, córtala: más te vale entrar con una mano en la vida, que con las dos entrar en Geènna, en el fuego inextinguible. Y si tu pie te hace tropezar, córtalo: mejor te es entrar en la vida con un pie, que ser arrojado al Gehena con los dos pies. Y si tu ojo te es ocasión de pecar, tíralo: mejor te es entrar con un ojo en el reino de Dios, que con los dos ojos ser arrojado al Gehena, donde el gusano de ellos no muere y el fuego no se apaga. . Porque todos serán salados con fuego. Lo bueno es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué le daréis sabor? Tened sal en vosotros y estad en paz unos con otros."

El comentario al Evangelio de monseñor Vincenzo Paglia

“El que os dé a beber un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, no perderá su recompensa”, dice Jesús. En el nombre de Jesús los discípulos pueden recibir ese vaso de agua que indica que hemos sido acogidos. Dar de beber fue el gesto de acogida para el peregrino y el viajero: ellos - dice Jesús - lo reciben porque pertenecen a Cristo. A Cristo pertenece quien decide no pertenecerse más a sí mismo, quien elige la libertad, pero también la pobreza de pertenecerle. A él pertenecen los pobres, los que no tienen nada, los muchos pequeños, a quienes dar un solo vaso de agua (como relata el Evangelio de Mateo) puede salvarles la vida entera, y no perderá su recompensa. Realmente en la acogida y el servicio se confunde quien es acogido y quien es servido con quien acoge y quien sirve. Siempre debemos recordar que todo lo que hacemos es en realidad siempre sólo en su nombre y no en el nuestro. Y cuánta atención, sabiduría e inteligencia hay que poner en saber que llevamos el nombre de Jesús, es decir, siendo cristianos. ¡Jesús usa palabras duras hacia quienes escandalizan "incluso a uno de estos pequeños" que creen en él! Escándalo son palabras duras, poca esperanza, indiferencia ante el mal. El escándalo es rechazar ese vaso de agua. Las leyes destinadas no a salvar a las personas en el mar, a dificultar la solidaridad, son un escándalo. Es la lógica diabólica del "yo vengo primero". El escándalo es siempre un hecho concreto, por ejemplo, las manos levantadas contra los demás, o cerradas por avaricia, los ojos vueltos hacia otro lado. Por eso es necesario recortar, porque no hay compromiso posible con el mal. Y cortar no significa perder sino encontrar: ganar un buen ojo, una mano generosa, un paso de amor. Es mejor perder algo que el corazón y el alma detrás de ti.