El odio del mundo hacia Cristo y su
M Mons. Vincenzo Paglia
00:00
02:17

Evangelio (Jn 15,18-21) - En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo que es suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os elegí del mundo, por eso el mundo os odia. Acordaos de la palabra que os dije: “Un siervo no es mayor que su señor”. Si a mí me persiguieron, también a vosotros os perseguirán; Si han guardado mi palabra, también guardarán la tuya. Pero todo esto os harán a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió".

El comentario al Evangelio de monseñor Vincenzo Paglia

Jesús, después de hablar de la íntima relación de amor que le une a sus discípulos, habla del odio al que esos mismos discípulos serán sometidos en el mundo. De hecho, existe una irreconciliabilidad profunda y radical entre el amor gratuito típico del verdadero discípulo de Jesús y la lógica mundana que busca siempre el beneficio o, al menos, la reciprocidad en cada situación de la vida. Sólo si camináis por el camino del amor evangélico os convertís en signo de contradicción para el mundo. Jesús libró una verdadera lucha contra el mal y su poder sobre los hombres. Los discípulos, obviamente, estando con Jesús, recibirán la misma hostilidad que recae sobre él. Por eso Jesús advierte a los discípulos de todos los tiempos: «Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; Si han cumplido mi palabra, también cumplirán la vuestra." El discípulo que vive el Evangelio se convierte en signo del mismo Señor. Quien lo acoge e imita su ejemplo, acoge e imita al mismo Jesús. Y quien desprecia al discípulo desprecia al mismo Jesús. Esto es lo que le fue revelado a Pablo en el camino a Damasco. El Señor le dijo: "Saulo, ¿por qué me persigues?". En esta pregunta aparece claramente el estrecho vínculo que existe entre Jesús y los discípulos, incluidos nosotros. Y esto explica el motivo de la oposición a los cristianos todavía hoy. El mensaje evangélico sigue siendo siempre una alternativa a la mentalidad egocéntrica del mundo.