satanás esta perdido
M Mons. Vincenzo Paglia
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Evangelio (Mc 3,22-30) - En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén dijeron: "Este hombre está poseído por Beelzebul y expulsa los demonios por medio del príncipe de los demonios". Pero él los llamó y les dijo en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir; si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no puede permanecer en pie. Asimismo, si Satanás se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá resistir, pero está a punto de terminar. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y robar sus cosas, a menos que primero haya atado a ese hombre fuerte; entonces saqueará su casa. De cierto os digo, todos los pecados de los hijos de los hombres serán perdonados, aun todas las blasfemias que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón para siempre: será culpable de culpa eterna." Porque decían: "Está poseído por un espíritu inmundo".

El comentario al Evangelio de monseñor Vincenzo Paglia

Este pasaje evangélico está precedido por dos versículos que relatan el juicio negativo que la familia de Jesús había pronunciado sobre él. Para sus seguidores, Jesús ha perdido la cabeza, para los escribas, está poseído por el diablo. Esta última acusación, evidentemente, es mucho más grave que la primera porque sitúa a Jesús del lado del enemigo de Dios, pero lo que tanto los familiares como los escribas no entienden es por qué tanta gente acude a Jesús. Precisamente esto es lo que molesta a los escribas, a los fariseos y, finalmente, a los propios familiares. El bien siempre genera envidia, rompe equilibrios ilícitos o incluso simplemente cuestiona, perturba, pide una comparación. Y los fariseos de turno, o incluso los familiares, no pueden soportar que Jesús, con su Evangelio, rompa el equilibrio establecido, no pueden aceptar que la vida se les escape de las manos. Por eso buscan todos los medios para desacreditarlo delante del pueblo. Jesús, sin embargo, responde a los escribas con el ejemplo de la casa dividida contra sí misma. Y nos invita a no confiar en nuestras propias fuerzas y a no tener más confianza en nosotros mismos, porque corremos el riesgo de subestimar la fuerza del mal y sucumbir a él. Sólo Jesús es capaz de atar al hombre fuerte (el mal) y, por tanto, de no dejarse burlar por él. Los pobres, los enfermos, los pecadores se habían dado cuenta de esto y por eso lo buscaban, confiando en su compasión y su fuerza. Es una gran lección también para nosotros, que tantas veces nos sentimos tentados por la autosuficiencia y somos incapaces de invocar la ayuda de Dios.