Conviértete y cree en el Evangelio
M Mons. Vincenzo Paglia
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Evangelio (Mc 1,14-20) - Después de que arrestaron a Juan, Jesús fue a Galilea predicando el evangelio de Dios y diciendo: «El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está cerca; Conviértete y cree en el evangelio." Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, hermano de Simón, echando sus redes en el mar; en realidad eran pescadores. Jesús les dijo: "Venid en pos de mí, os haré pescadores de hombres". E inmediatamente, dejando las redes, le siguieron. Yendo un poco más lejos, vio también a Jacobo hijo de Zebedeo y a su hermano Juan en la barca mientras remendaban las redes. Él los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los muchachos, lo siguieron.

El comentario al Evangelio de monseñor Vincenzo Paglia

Este lunes comienza la primera de las treinta y cuatro semanas denominadas "Tiempo Ordinario", en las que la liturgia nos hará meditar el Evangelio según Marcos. Es el primer evangelio escrito y comienza directamente con la narración de la vida pública de Jesús. Marcos señala que Jesús fue a Galilea después de que arrestaran a Juan. La palabra profética que anunciaba un nuevo tiempo estaba como encadenada. A partir de ese mismo momento, Jesús decide empezar a recorrer los caminos de su tierra para anunciar a todos la "buena nueva". Es la primera vez que aparece el término "Evangelio", o "buena noticia". De hecho, no es una palabra abstracta que se pronuncia y luego se desvanece en la niebla del olvido de los hombres. El Evangelio es Jesús mismo. Él es la buena noticia para creer y comunicar a los hombres para que le confíen su vida. Jesús, con palabras y obras, muestra que el reino del amor ha llegado entre los hombres. Con él comienza una nueva historia de amor y amistad en la historia de la humanidad. Éstas son las "buenas noticias" que los hombres ahora pueden escuchar. Quien lo escucha y lo hace suyo le cambia la vida. La historia de la predicación cristiana da aquí sus primeros pasos. Y los primeros frutos se pueden ver inmediatamente. Jesús, mientras camina por las orillas del mar de Galilea, ve a Simón y Andrés, dos hermanos pescadores, y enseguida los invita a seguirlo: "Venid en pos de mí, que os haré pescadores de hombres". Los dos, aunque ocupados reordenando las redes, sin demora, acogen la invitación y la siguen. Esta primera escena resume toda la historia del seguimiento de los discípulos de todos los tiempos. De hecho, en cada generación, incluida la nuestra, el Señor pasa y llama a hombres y mujeres a seguirlo. Y no se detiene. Mientras continúa caminando por la orilla del lago Tiberíades, Jesús se encuentra con otros dos hermanos, Santiago y Juan. Llámalos también. Y ellos, después de escucharlo, dejan las redes y lo siguen. Es el comienzo de la nueva fraternidad instaurada por Jesús y que continúa hoy por el mismo camino de escucha y obediencia.