el primer mandamiento
M Mons. Vincenzo Paglia
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Evangelio (Mc 12,28-34) - En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?". Jesús respondió: «La primera es: «¡Escucha, Israel! El Señor nuestro Dios es el único Señor; Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas." El segundo es este: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". No hay otro mandamiento mayor que estos." El escriba le dijo: «Bien has dicho, Maestro, y según verdad, que Él es único y no hay otro fuera de Él; amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios." Jesús, al ver que había respondido sabiamente, le dijo: "No estás lejos del reino de Dios". Y ya nadie tuvo el valor de interrogarlo.

El comentario al Evangelio de monseñor Vincenzo Paglia

“No estás lejos del reino de Dios” responde Jesús a aquel sabio escriba. Ser escriba significaba conocer la Escritura y la Ley, y el hecho de preguntar cuál es el primero de los mandamientos demuestra su sabiduría. Ese escriba no cree que ya lo sabe todo, no deja de hacer preguntas, de cuestionar a los maestros, a la Escritura y al Señor. Cuando pensamos que ya lo sabemos todo, cuando damos todo por sentado, cuando ya no nos hacemos preguntas, finalmente renunciamos a cambiarnos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Jesús responde hablando del amor, refiriéndose a las palabras de la Escritura: «¡Escucha, Israel! El Señor nuestro Dios es el único Señor; Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas." Jesús está citando el Shemá Israel: "¡Escucha, oh Israel!", la más importante de todas las oraciones judías, la profesión de fe que se repite tres veces al día. Los rabinos dijeron: "Quien habita la tierra y recita el Shemá por la mañana y por la tarde es ciertamente un hijo del mundo venidero". Quizás Jesús también estaba pensando en este dicho cuando le dice al escriba que no está lejos del reino de Dios: el que ora es hijo del mundo venidero, es decir, no ha dejado de lado la esperanza, sino que la mantiene viva. Y lo que mantiene viva la esperanza es el amor. "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Jesús une estas palabras en sí mismo, convirtiéndolas en un solo mandamiento. Quien ama verdaderamente a Dios, con todo el corazón, ama a los demás como a sí mismo, porque aprende de Él a amar al prójimo, a la humanidad concreta, con sus heridas y sus dolores. Es la visión de una vida y un destino común, de un reino (el de Dios) que es para todos.