Parábola de la higuera que brota
M Mons. Vincenzo Paglia
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Evangelio (Lc 21,29-33) - En aquel tiempo, Jesús contó a sus discípulos una parábola: «Mirad la higuera y todos los árboles: cuando ya han brotado, mirándolos comprendéis que el verano ya está cerca. Así también vosotros: cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que el reino de Dios está cerca. En verdad os digo: no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán."

El comentario al Evangelio de monseñor Vincenzo Paglia

La página lucaniana forma parte de la última perícopa del discurso escatológico del Evangelio de Lucas. Y en cierto modo nos vincula al pensamiento de Jesús para quien se acercan los "últimos días". Él es consciente de ello y se dispone a vivirlas para realizar la voluntad del Padre. Y no deja de advertir a sus discípulos para que también ellos sean conscientes de los tiempos que les toca afrontar. Podríamos decir que en la complejidad de este mundo nuestro, desgarrado por conflictos, guerras, injusticias, enfermedades, hambre y tantas otras tragedias, Jesús nos advierte también a no dejarnos vencer por el miedo y el retraimiento en nosotros mismos, con la consecuencia de resignarnos al poder del mal. Jesús vino a salvarnos de toda esclavitud, incluso de la resignación al mal. Con su presencia comenzó el nuevo tiempo de la liberación del mal y del establecimiento de la salvación. Él es el amanecer de un mundo nuevo: su vida, su amor, sus milagros, su resurrección son esos brotes que manifiestan la nueva primavera en el mundo. Por eso exhorta a sus discípulos: «Observad la higuera y todos los árboles: cuando ya han brotado, mirándolos comprendéis que el verano ya está cerca. Así también vosotros: cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que el reino de Dios está cerca". Leyendo el Evangelio y contemplando la obra de Jesús sabemos que ya ha comenzado un mundo nuevo, el de Jesús, y mirando también los muchos signos de amor, quizás tan pequeños como los brotes, que se van afirmando en nuestro tiempo, ya vemos en ellos presente y operativo el nuevo futuro, el que traza el Evangelio, que Jesús sigue haciendo madurar y crecer. Donde germina el amor, donde se manifiesta el perdón, donde crece la misericordia, donde se practica el diálogo y donde se establece la paz. Allí están los brotes del reino de Dios.